miércoles, 30 de noviembre de 2011

CORNUDOS ANDALUCES


Andalucía tiene el triste honor de tener más paro juvenil que nadie, por no hablar de la cantidad de personas que llevan años con su tradicional lunes al sol. También la taifa sureña se encuentra en las posiciones de cabeza en cuanto al abandono escolar en Europa. Y del informe PISA o del número de pobres ni hablamos. Ya se sabe que los del gobierno regional aplican aquello de si el estudio engrandece, que estudien los enanos. Por eso, sus políticas se basan en informes más simples que el funcionamiento de un botijo. Igualmente la región más grande de España cuenta con la mejor cantera mundial de zangolotinos. Véase Bibiana Aído, aquella criaturita que dejó esta frase para la posteridad; "si Lehman Brothers hubiera sido Lehman Sisters, todo habría sido distinto". Es obvio que cada vez que un socialista andaluz abre la boca, el pensamiento occidental sufre un giro copernicano. Sin embargo hay un nuevo asunto que coloca a la región en un puesto de vanguardia. No, no les estoy hablando de la sociedad del conocimiento, ni de I+D. Nada de eso, Andalucía, ojo al dato, juega en la liga de campeones de los cornudos. Les cuento.


La autonomía andaluza es la tercera región más infiel de España por detrás de Madrid y Cataluña, según un estudio de Ashleymadison, la web líder en relaciones extramatrimoniales. Contamos con el mayor porcentaje de hombres casados que buscan echar una canita al aire. ¡Ay picarones!. El 53% de estos hombres que engañan a sus mujeres se concentra en Málaga, Sevilla y Córdoba. Además la provincia malagueña tiene el mayor número de mujeres solteras, el 36%, que quieren que un machote les arregle las cañerías sin tener que pagar la factura con IVA que supone el casamiento, o una vida en pareja. También gozamos de un gran número de señoras que pone cuernos, concretamente un 30% lo hace en Andalucía, el resto cuando cruza Despeñaperros. Dato curioso porque yo no estoy de acuerdo con aquello de que los hombres engañan más que las mujeres, sencillamente ellas mienten mucho mejor. Verdad que no recogen las estadísticas.


Yo siempre me he preguntado por las causas de la infidelidad. Unos, imagino, la practican porque están hartos de comer siempre el mismo pescado o la misma carne. Vaya que la rutina y la vida en pareja aburren más que un discurso de Manuel Chaves en el parlamento. Luego está el tema de las mujeres cuyas expectativas sobre el hombre con el que se casan vienen edulcoradas por películas románticas de dudoso gusto. Así cuando llevan un tiempo infelizmente casadas se dan cuenta que los hombres son como las castañas que te venden en la otoñada: Cuando las compras están todas calientes y huelen bien, pero en el momento que las sacas del cucurucho se enfrían en seguida y te das cuenta de que la mayoría están podridas.


Ser fiel o infiel esa es la cuestión, que por estas tierras parece resuelta. Un familiar del que aquí suscribe afirmó que sólo se casaría cuando una mujer le hiciera más feliz que una derrota del Real Madrid. Así que no se esposó jamás. Por consiguiente, pasó su vida ocupándose de las mujeres de los demás y no tuvo tiempo de ocuparse de una propia. Fue consecuente hasta el final de sus días. Sin embargo, hay hombres y mujeres que engañan o se engañan para seguir manteniendo la farsa de sus vidas en pareja. Algunas féminas son grandes seguidoras de sus maridos y cuando salen por la puerta les piden un autógrafo que deben firmar en un cheque en blanco. Supongo que muchas de ellas no se han separado hasta la fecha por aquello de no poder pagar las hipotecas si se quedan solas. Cosas de la crisis que está empujando a muchas parejas a una convivencia obligada. Yo, en cualquier caso, para evitar este tipo de comportamientos y terminar con los divorcios, aboliría la institución del matrimonio. Sería la mejor solución para que en los años venideros no tenga que asistir a la ejecución voluntaria de mi propio hijo. Ahora, queridos cornudos de Andalucía, me despido no sin antes darles mi más sincera enhorabuena por hacer del matrimonio lo mismo que la política: Acostarse con cualquiera.


Sergio Calle Llorens

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