sábado, 6 de febrero de 2016

GARCÍA

Pasaban unos segundos tras la medianoche y una voz con marcado acento castellano saludaba a España desde un micrófono; “Buenas noches y saludos cordiales”. Era José María García un periodista al que se le ponían firmes los Ministros y los Secretarios de Estado para el Deporte. Y de eso iba su programa aunque él no fuera experto de ninguno. Empero, trabajaba más que nadie y llegaba antes a la noticia que la competencia.

Sus coletillas se hicieron famosas en todos los rincones del país; “Ojo al dato”, “cantamañanas”, “abrazafarolas”. Todos le temían y casi todos le envidiaban porque no se casaba con nadie, al menos al principio y ni siquiera parecía importar que fuera seguidor acérrimo del Real Madrid o votante de la derecha porque su rigor periodístico e independencia estaban por encima de todo.

Recuerdo aquellas noches en las que entrevistaba al Presidente de la Federación de Tenis de Mesa o petanca por un supuesto escándalo económico. García escuchaba, ejercía de Fiscal y Abogado Defensor y luego, indefectiblemente, dictaba sentencia contra la que no cabía apelación posible. También me viene a la memoria como hizo temblar al Presidente de la Federación Catalana de Fútbol cuando éste en la “Nit del fútbol catalá” propuso, tal vez con dos copas de más, que el equipo de esa región se clasificase directamente para la competición de la UEFA. El pobre hombre no sabía dónde meterse tras el chorreo  del periodista.

Luego llegó el García próximo al poder que defendía a sus amigos por el hecho de serlos. Una lenta y agónica decadencia cuya sentencia de muerte fue firmada por aquellos que no querían que informara sobre el pelotazo que había dado el Real Madrid, y en connivencia con el PP de Aznar,  para fichar a jugadores  de alto cache estando el club de Concha Espina en la más absoluta de las ruinas.

A veces he fantaseado que pongo el aparato de radio y escucho la voz de García criticando abiertamente la enésima agresión de Cristiano Ronaldo. Lo imagino poniendo en su sitio al altivo portugués por decir que la patada al jugador del Sporting de Gijón- club simpático donde los haya- fue algo instintivo. Entonces pienso en el silencio de “la central lechera” que constata que cualquier tiempo pasado fue peor, a excepción del periodismo patrio. Ese Héctor Fernández cuyo modelo de entrevista es de rodillas y primera succión, segunda y tercera para despedirse con un; ciao, ciao, ciao ciao, ciao. Ese De la Morena con su sectarismo inaguantable que ahora superan los Manolos y Josep Pedrusco. El catalán ha dejado, por cierto, una frase impagable tras quedar noqueado por un periodista del Real Madrid que le acusaba de manipular; “Te quito la palabra porque una cosa es la libertad de expresión y otra el libertinaje”.  Pagafantas que militan en la Regional Preferente de la información periodística seria. Personajillos que no soportan la más mínima crítica. A todos ellos habría que recordarles que si no les gusta la crítica, pueden meterse a sexador de luciérnagas. A ver si ven la luz de una puñetera vez.

Desafortunadamente, García no volverá porque a nadie le interesa el retorno de un periodista que podría sacar a los borregos del redil de la ignorancia.

¡Vuelve García!

Sergio Calle Llorens

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