lunes, 20 de agosto de 2012

TORRIJOS, MÁLAGA Y SEVILLA



Fíjense en el cuadro de Gisbert, el fusilamiento de Torrijos. Una obra que recurre al purismo academicista con las playas malagueñas de testigo. Los prisioneros que van a ser ejecutados se alinean esperando los disparos del pelotón de castigo. Torrijos está al frente de los liberales, tomando de la mano a dos de sus compañeros, Flores Calderón, vestido con levita clara, y al anciano Francisco Fernández Golfín, ex ministro de la guerra. También está en la escena Robert Boyd, hoy enterrado en el cementerio inglés de Málaga. Los frailes van tapando las caras a aquellos que lo solicitan. Y es que la muerte, casi siempre, tiene un rostro aterrador. El espectador puede sentir las frías pinceladas que acentúan la desesperación y la rabia de aquellos que provenientes de Gibraltar querían acabar con el tirano de Fernando VII. Nunca sabrán quien les traicionó. Tal vez ni siquiera la historia sepa nunca quien se escondía tras aquel que hacía llamarse Viriato. Lo único cierto es que las campanas de la iglesia de El Bulto doblaron por los liberales en aquella maldita hora.

Han pasado muchas lunas desde que el cuadro fuera encargado por el gobierno liberal de Sagasta, durante la regencia de María Cristiana, pero la obra sigue emocionando a aquellos afortunados que visitan el museo de El Prado y se detienen unos minutos a contemplarla. Lo que no ha cambiado es la vieja aspiración de los liberales españoles de tener una constitución donde todos los ciudadanos seamos iguales ante la ley. Un texto donde los vascos y los navarros no tengan más privilegios económicos por aquello del respeto a los fueros. Privilegios que quieren compartir los catalanes logrando el pacto fiscal, o los hispalenses con su estatuto especial de capitalidad para garantizarse las inversiones del gobierno de turno, como si no hubiesen tenido suficiente con tres décadas de gobiernos socialistas.

No entienden que los ciudadanos somos los que tenemos derechos, no los territorios. Por eso hoy les invito a ver el cuadro de Gisbert con otros ojos, porque esos viejos camaradas somos, una vez más, usted y yo, esperando a que un Zoido, Griñán, Más o el Arzallus de turno manden descargar la fusilería sobre todos nosotros por oponernos, obviamente, a que los vascos, sevillanos o catalanes sean más por el simple hecho de serlo. Y sí, podrán seguir fusilando a los liberales, pero no por eso, nuestra mirada dejará ser tan desafiante como aquella de nuestros compañeros de armas caídos en las playas malagueñas. Después de todo, Málaga es, y será, la primera en el peligro de la libertad,

Sergio Calle Llorens

7 comentarios:

  1. Me dejan sin palabras tus artículos, eres el mejor articulista que he conocido nunca. Eres de las pocas voces independientes y críticas en el panorama.

    Tienes toda la razón cuando hablas de los privilegios de esa gente por haber nacido en un determinado lugar de España. Los ciudadanos debemos de ser iguales ante la ley siempre y no por ser de Sevilla o de Navarra. Me quito el sombrero una vez más.

    María

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    1. Muchas gracias pero desgraciadamente somos una selecta minoría, tanto en Málaga como en el resto de España.

      Un Abrazo

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  2. Vuelve el Rebelde del Sur con sus entradas y muchos te damos las gracias, pero a ver si te prodigas más que llevas muy pocas entradas para mi gusto.

    Rocío Antijunta

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    1. Siento no haber podido escribir más a menudo pero estoy en el centro de muchos proyectos y, junto al trabajo, se me hace muy cuesta arribar publicar lo que yo quisiera.

      Un Abrazo

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  3. Si Torrijos levantara la cabeza se moriría del disgusto de ver una sociedad malagueña, adormilada, aborregada, sumisa y absolutamente entregada a sus malhechores, es insoportable la situación que vivimos, y no haya un revulsivo a este abuso insostenible,

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  4. Gracias Sergio, por lo menos por publicar la verdad, aunque una mayoría pensará que estás (como nos ocurre a otros)
    "chalao"

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    1. Lo que piensen mis paisanos de mi, me trae completamente sin cuidado. Yo cuento mi visión de las cosas, el resto no lo puedo controlar. Saludos

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