miércoles, 23 de noviembre de 2016

DAMARIS LEWIS Y NY

Spike Lee lleva toda la razón; la ciudad de Nueva York es la urbe más distinguida de la madre tierra. Y, aprovechando que la firma Moncler abría establecimiento en el corazón de la Gran Manzana, en Madison Avenue, el director norteamericano nos ha regalado  un vídeo que es mecido por el  Brave, suffering and beautiful del musical de “Total Bent” de Broadway. Una celebración  multicolor de razas y culturas.  Una sugerente historia bajo el soneto de New Colossus de Emma Lazarus- inscrito en la placa de bronce de la Estatua de la Libertad- y recitado por el mismo regidor.

De Brooklyn a Queens y de Manhattan a Long Island, Spike Lee ha estado sembrado en su pieza. Lo grabó un caluroso día de agosto aunque algunos lo hayamos conocido en la otoñada.  Y es que todo, absolutamente todo, queda perfecto bajo su dirección pero, especialmente el baile sensual de la actriz, modelo y bailarina Damaris Lewis cuyos movimientos hacen perder la cabeza, y literalmente, a todo aquel que se para a observarla. Unas interminables piernas largas y sensuales. Una mirada gatuna y el destino escrito, como no podría ser de otra manera, en los ojos en la protagonista de Limitless. Sin duda, la que fuera musa de Prince hasta su muerte, es una de las criaturas más bellas que ha pasado por este mundo. El tipo de mujer con la que soñamos todos los hombres alguna vez . Una Diosa de perfecto ébano. Una bailarina que eleva la danza a la categoría de asignatura celestial.  Yo, perdonen la aclaración, la conocí gracias a su blog de baloncesto y, desde entonces, no hago otra cosa que pensar en cómo anotar en su aro.  

Sergio Calle Llorens


jueves, 17 de noviembre de 2016

SEMBLANZAS

No hay acuario sin peces. No hay barcos sin muelles. No hay marineros sin historias de naufragios. No hay romance sin lágrimas saladas de desamor. Y, por supuesto, no hay parlamento sureño sin su pléyade de monstruos marinos. Elegir entre ellos es como optar entre morir por un abrazo de calamar gigante o por el ataque de un tiburón blanco. Nos enseñan desde pequeños a decantarnos por una opción pero, como las personas inteligentes saben, cada síntesis tiene una antítesis.  La que aquí les dejo escrita son pinceladas de un pintor que habita en las brumas de la disidencia. Las semblanzas de un liberal sin partido. El grito desgarrado de un escritor que defiende su individualidad frente a la turba andaluza.

Teresa Rodríguez tiene los ojos negros más bellos que entraran en Asamblea alguna. Luceros que jamás se toparon con páginas sabias que la alejaran de la Cádiz más inculta. Un pez tigre al que hay que agradecerle la valentía de recoger el testigo que dejó Esperanza Oña y las ganas de luchar contra Susana Díaz; la piraña. La de Triana se mueve con movimientos balleneros, sin arte y de forma bruta.  No se le conocen ni lecturas más allá de los libros de esgrima que se escriben con la sangre de los enemigos. La maldad personificada.

Moreno habla marcando siempre la letra t, vaya usted a saber por qué, y es tan blandengue y tierno que cuando camina por el barrio de la Malagueta se escucha, y se seguirá escuchando; blandito sea el señor. Juanma se asemeja mucho al típico cuñado que viene a molestar un sábado por la tarde cuando estás viendo a tu equipo perder de paliza y, encima, intenta ganarse tu afecto mostrando confianza en una victoria que no arribará nunca. Y cuando habla no puedes dejar de pensar: “¿Y este hibrido entre jibia y mero por qué va a todas partes vestido con chaquetita azul?”

Juan Marín es uno de los políticos más fraudulentos en la historia de la política española. Un gurrumino que ha pasado por todas las formaciones en busca de dinero, poder e influencia. Parece sacado de un episodio de los teleñecos llamado Ciudadanos sin vergüenza. Se asemeja a una rana y su verbo es gangoso y torpe. Un adicto que, etimológicamente hablando, es un esclavo por deuda que llevará a su formación a la más espantosa de las derrotas. Un anfibio disfrazado que aprendió, amb quina rapidessa, el arte de saltar para ir a parar al mismo sitio.

Con estos moluscos solo cabe el humor cínico que es el mejor abrebotellas del entendimiento.  Camuflar nuestro fracaso colectivo bajo capas de sarcasmo.  Sí, no ha acuarios sin peces. No hay naves sin puertos. No hay marinos sin dramas de hundimiento.  Es la antítesis de una vida que pasa en un mar turquesa que se vuelve aterciopelado a la espera del crepúsculo definitivo. La hora para alejarnos de esas criaturas critptozoológicas que tanto nos quitan el sueño.

¿Dónde está nuestro ballenero?


Sergio Calle Llorens

miércoles, 16 de noviembre de 2016

BATMAN EN BARCELONA

Los héroes no llevan capa. Los héroes van trepando con un traje de mallas por los edificios del Nueva York o, son franmarinos que aprendieron, como un servidor, los secretos de la Cábala en el viejo barrio judío de Venecia. En verdad, el adalid de la clase trabajadora no era John Lennon sino Spiderman. Bruce Wayne, en cambio, es un hombre atormentado por el asesinato de sus padres. Un tipo rico y guapo por el que las mujeres beben los vientos por él mientras su personaje, Batman, se enfrenta a villanos con almas tan oscuras como las calles de Gotham. El impecable sentido de Peter Parker contrasta con las maneras depresivas del multimillonario Wayne. Una forma curiosa de demostrarnos que el verdadero humor solo está al alcance de las personas inteligentes.

Los comics de Batman me gustan pero no los tengo en mi pedestal imaginario de héroes donde descansan los Tintin, Capitán Haddock, Roberto Alcázar, Spiderman o el mismísimo Corto Maltés. Sin embargo, la semana pasada tuve la ocasión de dedicarle un rato a una historia protagonizada por el hombre-murciélago en Barcelona y, justo es reconocer que la aventura me enganchó desde el principio.  Algo normal si tenemos en cuenta la portada del gran Jim Lee y el guión de Mark Waid, uno de los guionistas más reputados del comic norteamericano. También tuvieron que ver en la gozada de la lectura los dibujos de Diego Olmos que, justo es reconocerlo, se ha salido en el Caballero del Dragón con la colaboración de la aragonesa Marta Martínez.

Batman acude a la llamada de la Ciudad Condal y se deja ver por algunos de los sitios más queridos por los barceloneses como La Rambla, la Sagrada Familia y el Hospital de San Pau. En realidad no encuentro un mejor lugar que Barcelona para que un personaje tan gótico como el hombre-murciélago abandone su cuartel general de Gotham city para buscar su camino.  E l reto de este comic ha sido, sin duda, cambiar una ciudad tan oscura y gris con sus gárgolas retorcidas por una villa mediterránea de cielos azules y límpidos.  Además, uno puede sentir como el superhéroe es mucho más vulnerable fuera de su ciudad natal.  La reacción de los policías y de la gente en Barcelona es muy diferente al ver a Batman que la que estamos acostumbrados a presenciar en su territorio querencioso . También Bruce Wayne actua distinto llegando incluso  a participar en el Día de San Jordi pero, ni por esas parece que vaya el hombre a vivir su vida con sentido del disfrute.

Al final del Caballero del Dragón el personaje vestido con traje de chaqueta observa por la ventanilla del avión donde se ve, además de la bella ciudad de Barcelona, el reflejo del hombre-murciélago. Sencillamente genial.

Sergio Calle Llorens

viernes, 11 de noviembre de 2016

LA ACADEMIA

En el fútbol, como en la vida, el relato importa poco y nada tiene que ver con el resultado final. Con la diferencia del Real Madrid cuyo epílogo siempre es el mismo; si gana, afirman sus turiferarios, es porque tiene a los mejores jugadores de la galaxia. Si pierde es por falta de actitud del equipo. El Athletic Club de Bilbao, en cambio, responde a la necesidad de ser único en un mundo globalizado donde todo, desde los centros de las ciudades a la comida, se parece en exceso. El Málaga Club de Fútbol también busca tener su identidad pero, al menos a mí me lo parece, cada vez que veo un partido de los míos tengo la misma sensación que después de una noche de farra; tal vez me sobró la penúltima cerveza.

El nudo gordiano de todos los problemas de los blanquiazules no es solo el desastre táctico de Juande Ramos, sino pertenecer a una provincia que depende de Andalucía. Y es que es la única explicación posible para entender que las autoridades de la Junta sigan impidiendo la construcción de la Academia del Málaga.  El lugar desde donde seguir proyectando jugadores impresionantes como Ontiveros-valiente forma de torear a los jugadores del Sporting en la Rosaleda- o los Fornals de turno. Jóvenes que sientan la camiseta y no como Jonny que hizo todo lo que pudo para que su ex equipo ganara en  la Capital de la Costa del Sol.

El club de Martiricos debe buscar su esencia si quiere aspirar a ser algo único en la liga española. Los sufridores seguidores de este equipo nos alegramos el viernes pasado con la remontada a los asturianos. Sin embargo, nuestros ojos sonríen pero son incapaces de ocultar que conocen las sombras que proyectan unos enemigos poderosos que quieren, y de hecho lo consiguen, hacer daño al Málaga. No es solo ver que defensas como Koné no tiene defensa alguno, sino saber que, como los de la Junta, solo quedan bien de falso Rey mago en la Cabalgata del cinco de enero.  Estaría bien que este año sus majestades de oriente nos concedieran este único deseo; -¡Váyanse de Málaga de una puñetera vez!


Sergio Calle Llorens

jueves, 10 de noviembre de 2016

SAOIRSE: POESÍA LIBERTARIA

Introducción a Saoirse

La libertad de expresión no es un concepto abstracto. Se puede ejercer o no se puede ejercer. Les hablo de un derecho adquirido por la civilización más importante que haya dado la historia de la humanidad; la occidental. La nuestra. La misma que está a años luz de distancia de las otras culturas de la tierra. No ha sido un camino fácil pero, tras siglos viendo como quemaban a los herejes de la iglesia o mandaban al exilio a los disidentes, aquí estamos blandiendo el estandarte de la libertad que, como sabe el lector inteligente, no sale gratis.

 Nuestras sociedades son tan libres y avanzadas que nadie, a no ser que estuviera a punto de ingresar en un hospital psiquiátrico, las cambiaría para vivir en un país árabe o en naciones tan cochambrosos como Venezuela o Cuba. Y todo, gracias a que una vez vencimos a los nazis y a los comunistas para transformar nuestro rincón del mundo en un lugar mucho más justo y habitable para todos.  También fuimos capaces de separar Iglesia y Estado y  las opciones sexuales no pueden ser motivo de discriminación de acuerdo con las constituciones con las que nos hemos dotado. Sin embargo, en los últimos años hemos retrocedido mucho a causa de los dos nuevos fascismos que avanzan desbocados en el siglo XXI; el islamismo radical y la corrección política.

Vivimos en la época en la que un seguidor de la secta del profeta Mahoma puede alegar sentirse ofendido por cualquier viñeta en la que aparezca su profeta o, por el simple tañido de la campana de una iglesia cristiana. Hoy, por ponerle un ejemplo ilustrativo, quemar una Biblia no es delito en Gran Bretaña pero si prendemos un Corán caerá sobre nosotros todo el peso de la legislación. Una excepción cultural ciertamente inaceptable que rompe aquello de que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley.

 Curiosamente, los islamistas ponen el grito en el cielo por una caricatura y callan cuando en Irán cuelgan a los homosexuales de una grúa o, los días que violan a mujeres en Omán por aquello de que están muy ligeritas de ropa. Según los islamistas, los occidentales debemos acatar una ley global sobre la blasfemia aplicando unos preceptos religiosos que, además de ser ilógicos, no pertenecen a nuestro mundo y bagaje cultural. Y todo porque consideran sagrados sus dogmas cuando, en verdad, lo único sagrado que existe es nuestra libertad de expresión que, por supuesto, está muy por encima de esos aires religiosos que vienen del Medievo. A veces los islamistas, y todos aquellos que les apoyan en occidente, parecen de otro planeta y sería estupendo que en verdad lo fueran. En definitiva, millones de occidentales están siendo catalogados de racistas por contar la verdad sobre el Islam y sus seguidores, a saber; su religión es incompatible con los valores de occidente.

 Para más Inri, hoy cualquier idiota que se precie puede sentirse ofendido por un chiste que vaya supuestamente contra el grupo al que dice pertenecer; irlandeses, polacos, habitantes de Raticulin, mujeres, pichas-cortas, honrados come-almohadas ,rubias de pechos generosos, machistas, comunistas, conservadores, socialistas, católicos, islamistas, testículos de Jehová, Mormones, judíos o protestantes. Lo peor del caso es que ya son miles las sentencias en las que se condena a personas por haber hecho un comentario en las redes sociales o, por algún poema que se escape de la corrección política imperante.  Para cerrar el círculo vicioso, nos encontramos con esos occidentales que se llaman liberales y están a favor de la libertad de expresión siempre que no contravenga sus ideas o manera de ver el mundo. Un contrasentido que nada tiene que ver con la libertad con mayúsculas. Incluso hay magistrados que condenan más por su ideología que por los preceptos legales.

La libertad de expresión es lo que somos y la sátira es el instrumento que tenemos los poetas, artistas y ciudadanos cabreados para expresar lo que sentimos por nuestros políticos. Además, como personas libres deberíamos ser capaces de reírnos de todo lo que consideramos ridículo y eso incluye, faltaría más, a todo aquel que parece que viene a salvarnos cuando no necesitamos que nadie nos salve de nada Y si ahora están pensando cómo puede un poema ser considerado un delito, les voy a relatar la historia del cómico alemán Böhmermann que leyó un poema sobre el dictador turco Erdogan en un programa de máxima audiencia de la televisión alemana ZDF. En el soneto lo describía como un hombre cuyos pasatiempos favoritos son el follar cabras, el patear kurdos, el machacar cristianos y el ver pornografía infantil. Aquellos comentarios provocaron la hilaridad del público tudesco y el enfado monumental del Premier turco. Éste, aprovechando que en Alemania existe una ley del siglo XIX que establece condenas de cárcel para aquellos que insulten a los mandatarios extranjeros, inició una causa penal que a punto estuvo de llevar a la ruina al cómico.

 El caso, como no podía ser de otra manera, puso a prueba los límites de expresión de ese país. Erdogan incluso llegó a contar con la colaboración de la Canciller alemana, Ángela Merkel, que afirmó que el poema tenía intención de ofender. Dicho de otra manera, lo que era una simple exploración de la libertad artística de un comediante se transformó en una caza de brujas. El pobre hombre tuvo que abandonar por un tiempo razonable la televisión. A su vuelta, con más de media Germania atenta a la caja tonta, se negó a declarar sobre el caso y solo dijo que jamás haría chistes sobre Adolf Hitler porque de tener un buen abogado podrían denunciarle. Afortunadamente, el alemán encontró apoyo en la vieja Inglaterra cuando Douglas Murray en The Spectator organizó un concurso internacional de poesía satírica sobre Erdogan. En las bases se establecía claramente que el poema ganador del certamen tendría que ser realmente ofensivo. Ganó, y contra todo pronóstico, el ex alcalde de Londres Boris Johnson con el siguiente poema;

 There was a long fella of Ankara
Who was a terrific wankerer
Till he sowed his wild oats
With the help of a goat
But he didn´t stop to thankera

Pueden ustedes imaginar la alegría que sintió el germano cuando supo del apoyo de otros occidentales. Poco consuelo, tal vez, si tenemos en cuanto que todos estos procesos contra artistas no encierran solo un deseo de encontrarnos culpables, sino de hacernos imposible el ejercicio de la libertad de expresión. Al margen de que el proceso puede llevar una multa millonaria que acabe, y de una vez por todas, con nuestra voz crítica.  En verdad hay cosas muchas más graves que llamar  folla-cabras a un folla-cabras pero, con la ayuda del islamismo radical que quiere imponernos una exención cultural a nuestra forma de expresión, ha comenzado una era difícil para todos. Y no solo por culpa de los musulmanes sino por esa corrección política que supone un nuevo puritanismo que desemboca en una dictadura insufrible. Si occidente sigue por esta senda tan peligrosa, llegará el día en el que los textos satíricos de Quevedo o incluso algunos pasajes de Shakespeare sean eliminados de los planes de estudios. Y con ellos, cualquier comentario que pueda suponer una ofensa para el mentecato de turno. Por ello, los ciudadanos libres tenemos que reaccionar y, de eso va este libro.

Saoirse, que significa libertad en gaélico irlandés, es una colección de poemas libertarios que se encuentran a millones de kilómetros de distancia de la corrección política dominante. Alguno ya ha sido incluido en una colección de poesía contemporánea española de Chiado editorial. Versos que suponen un ataque a mis fobias y alguna alabanza a mis filias. En estos páginas, por tanto, despliego mi Santísima Trinidad que engloba; libertad de pensamiento, de expresión y de identidad. Algunos versos son, bien está en reconocerlos, hirientes. Pocos endecasílabos simpáticos pero todos, absolutamente todos, suponen un intento de sacarles una sonrisa o una muela por el dolor que provocan.  En definitiva, Saoirse es un canto a la libertad. Una versión de rock ofensivo a través de unas composiciones que vienen a despertar al mundo occidental en general y, a  la vieja Europa en particular tan dormida cuando ha sido ella, Princesa entre las Princesas, la que transformó el mundo.

 La guerra contra los fascismos del siglo XXI, queridos amigos libertarios, no está ni mucho menos perdida. Los ciudadanos libres, insisto, tenemos derecho a mofarnos y a ridiculizar a nuestros políticos o a quien nos venga en gana y nadie, ni siquiera un político en horas bajas, va a venir a taparnos la boca porque por la libertad, como decía el héroe español Don Quijote, se puede y se debe aventurar la vida.  Recuerden que anteayer fueron las viñetas danesas, ayer un poema sobre Erdogan, hoy es un chiste malintencionado sobre un político andaluz corrupto y estúpido. Si seguimos por este desfiladero peligroso,  mañana nuestras hijas llevarán burka para no ofender a las nietas del profeta. 

 En conclusión; Saoirse es sinónimo de libertad de expresión; la suya, la nuestra, la mía por la que hemos de dar batalla ahora que todavía podemos.  Finalmente quiero hacerle la siguiente advertencia; usted no debería leer este libro si es de esos que se ofenden con facilidad. El que avisa, como ya  sabe, no es traidor y los poemas no dejan títere con cabeza. Por eso le recomendaría darse una vuelta por el índice antes de comenzar a leer la recopilación de poemas que pongo en su mano. Luego no admito reclamaciones.

https://www.amazon.es/SAOIRSE-POES%C3%8DA-LITERTARIA-LIBERTARIA-n%C2%BA-ebook/dp/B01M6ASM4D/ref=sr_1_4?ie=UTF8&qid=1478774138&sr=8-4&keywords=Sergio+Calle+Llorens

Sergio Calle Llorens

martes, 8 de noviembre de 2016

EL DESCENSO

La vida siempre es un arriesgado descenso alpino. Un comienzo en la cima sencillo y pausado. La velocidad tiene sus propias leyes y unas normas que hay que acatar, ya que sólo así se puede disfrutar y salir bien parado del descenso, pues no es posible dar media vuelta o detenerse. Al alba le sigue la noche. A la fortuna la desgracia. A la vida la muerte. Sin embargo, nada importa si finalmente podemos afirmar que la bajada ha valido realmente la pena En mi caso, creo estar a mitad del camino y puedo afirmar que lo he pasado, y lo sigo pasando, de cine. En eso no sufro titubeo alguno aunque mi mente siempre funciona como una radiografía de la duda.

Soy prisionero de unos bosques mudos infinitos. Rehén del vino que sabe a bayas silvestres que estoy degustando mientras escribo estas líneas. Esclavo del mediterráneo que es un cielo líquido, un segundo firmamento donde vislumbrar una miríada de estrellas que riela en la negrura de la madrugada.  Creo que podría emborracharme esta noche mirando esos luceros colgados en la bóveda celestial. Cautivo de la naturaleza que brama bajo una bruma dorada.  La noche, como el trascurrir de los días, llega deprisa para ofrecernos una cacofonía de sonidos más o menos conocidos. Siempre arriba desnuda y ajena a las excusas y medias verdades de aquellos que no se atreven a vivir del todo. La zona fosca en donde se refugian los mediocres de espíritu. Pobres diablos que escondieron sus sueños bajo un hielo glacial. La forma de proceder de esta gente es la mejor metáfora de la derrota de las ilusiones. Pero yo sigo descendiendo en busca del valle de la felicidad con el corazón palpitando desbocado con la frecuencia de un lactante. Afortunadamente no he perdido el alma del niño que fui. Lo cual, bien mirado, es un milagro en toda regla. Tan milagroso como que usted y yo sigamos vivos en este mundo tan extraño. Será cuestión de seguir disfrutando contemplando cómo se despliegan en la mar las tonalidades del cielo. Mi descenso vital me ha conducido a esta recóndita cala a la que creo pertenecer o, eso me susurra la patria salada con sus olas rizadas.


Sergio Calle Llorens

domingo, 6 de noviembre de 2016

SALIDAS

Si no se fía de su marido, controle su móvil, controle sus correos electrónicos y, sobre todo, controle su cuenta corriente. Son, simplemente, tres cositas. El tres es un número que cabalísticamente hablando viene a ser sabiduría. El conocimiento que les falta a algunas señoras para dejar de molestarme con las historias de infidelidades protagonizadas por sus parejas. Dos largos años aguantando batallitas para luego, una vez resuelto el problema amoroso, tratarme como si no me hubieran conocido jamás.  En fin que, como dice el refrán; amigo que no da y cuchillo que no corta, si se pierde no importa.

En realidad, entiendo muy bien a estos hombres que engañan a sus mujeres ya sea por aburrimiento o por sentirse vivos de nuevo. Yo también luché en su momento por salir cada día con mujeres despampanantes. Sin embargo, mi batalla hoy es que mi hija pequeña no salga de mi cama un domingo por la mañana. Sencillamente, quiero que el reloj, como dice la canción de Los Panchos, no marque las horas para que ella siga allí abrazándome mientras sus ojos verdes de luna embotellada observan con ternura. Pensaba en ello contemplando la veleta que lanza destellos dorados con la luz del alba; Paz, amor y unan plegaria que languidece cuando, como aquel personaje en el Fausto de Goethe, siento que nunca como el anochecer conoce el hombre lo que vale su morada. La mía, huelga escribirlo, vale más que el oro por la presencia de mis hijos. Y es que la paternidad es la única zona templada de mi existencia. El paraíso adonde acudo par invertir todos los secretos que he ido aprendiendo durante los años. Me vacío con ellos. Me entrego con toda la pasión que soy capaz de reunir en cada momento. Y lo hago sin esperar una letra de cambio. La única alteración que ocurrirá es un futuro en el que mis vástagos estarán lejos de uno como manda la ley de la vida. Por eso, disfruto cada segundo como si fuera el último. Hasta ese apagón definitivo, no pienso permitir de nuevo que nadie venga a importunarme con sus líos de cuernos. Aprendan a amar y dejen, sencillamente de dar el coñazo. En definitiva, sean más salidas y dejen para otras las salidas de tono.


Sergio Calle Llorens

miércoles, 2 de noviembre de 2016

EL BALÓN DE ORO

Seamos sinceros muchachos: el Real Madrid ganó la Copa de Europa jugando con rivales con el mismo peso internacional que el Mollerusa. Digamos la verdad amigos: Portugal se alzó con la Eurocopa habiendo vencido solo a un rival en el tiempo reglamentario. Y encima era Gales cuyos futbolistas federados son minoría en un país en el que, por cierto, las ovejas superan en número al de habitantes. Algo así como Islandia. Además, sin el esperpento de la nueva normativa en el que se incluían a los mejores terceros para clasificarse, los lusos se habrían ido para casa, como de costumbre.  En el plano individual, Cristiano Ronaldo, que en la España laica debería de llamarse Agnóstico, tuvo una actuación infame en el plano deportivo, en el de las buenas formas tirando incluso el micrófono de un periodista a un lago, y en el del narcisismo faltando incluso el respeto a los rivales. Recordemos que, como decían los clásicos,  el ser poco estético es poco ético. Por consiguiente, un señor como Ronaldo no merece ganar el balón de oro y, mucho menos, si recordamos las siete agresiones- todas ellas quedaron sin sanción- a jugadores rivales de la liga española.

Messí, por su parte, hizo doble en España ganando liga y copa pero, en mi modesta opinión, el argentino tampoco merece ganar ese galardón tan preciado pues su selección volvió a fracasar estrepitosamente en un torneo internacional. Un equipo compuesto por Leo, Mascherano y nueve mantas incapaces de hacer buenas las patéticas instrucciones del Tata Martino. Un entrenador deplorable desde el punto de vista táctico.

Desgraciadamente, volveremos a ver el lamentable esperpento de la prensa nacionalizada portuguesa de Madrid volcada con la candidatura de Ronaldo al balón de oro. Por su parte, la de Barcelona hará todo lo posible por apoyar a Messi mientras torpedea la del chico maleducado de Madeira. Y digo yo que si hubieran puesto la misma energía en apoyar al mago de balón llamado Don Andrés Iniesta, otro gallo nos habría cantado a todos. Jugador, que todo hay que decirlo, sí ganó el mundial mientras Messi y Cristiano quedaban juntos para verlo por la tele. Como dijo un gran hombre, hay perros que mueren de viejos sin haber aprendido a ladrar, hay periodistas que pasan por la profesión sin haber asimilado lo que significa la decencia informativa.


Sergio Calle Llorens