sábado, 29 de abril de 2017

TRIPLISTAS

En la película Braveheart, William Wallace le pregunta a su amigo de la infancia si sería capaz de acertar  a alguien con una piedra en una batalla, tal y como acaba de hacer. Éste responde que sí, pero el resultado es bien diferente en la demostración. En el baloncesto, que es casi como una batalla, no es lo mismo anotar de tres en los entrenamientos que cuando quedan tres segundos y te juegas el partido o el campeonato.

  Rudy Fernández, que tuvo que cambiar su forma de lanzar tras sus problemas de espalda, anota bien detrás del 6,75 pero no tiene grandes porcentajes de tiro. Sergio Llul, que es un jugador impresionante, suele ser una mala opción en los últimos segundos de los encuentros y, el que me no me crea, puede ir a las estadísticas. Su pericia es meter canastas imposibles. Tiros desesperados de un jugador que, como destacaba Sergio Scariolo, no le tiene miedo a nada. Otra cosa, bien distinta, es cuando se enfrenta a jugadas más preparadas. Ver el Eurobasket de Turquía en 2009. Insisto; malos porcentajes. Doncic, conocido como Juan sin miedo, es un jugador extraordinario pero, ni de lejos, puede aproximarse a la calidad de alguien como Drazen Petrovic por más que insistan los turiferarios de Florentino Pérez.

 El problema del Madrid de basket es simple; si no le entran los tiros de tres, el partido comienza a torcerse y un técnico tan torpe tácticamente hablando como Pablo Laso es incapaz de buscar la alternativa correcta. En cualquier caso, a veces con la calidad no basta como pudo sentir aquel gran  jugador balcánico del Real que sucumbió al Barça de Aíto García Reneses en la temporada 1988-1989.  Aquella liga que la prensa bautizó como la de Drazen y terminó siendo la de Epi.

La suerte del triple es un aspecto más del juego, fundamental por supuesto, pero no lo es todo en un deporte tan colectivo como el baloncesto. Personalmente disfruto mucho más de este tipo de lanzamientos a canasta que de un mate.  Además, el colectivo y las prestaciones defensivas están por encima de la inspiración de ciertos genios que, sin embargo y a la hora de jugarse los últimos segundos, suelen aparecer para hacer morder el polvo al contrario. Es entonces cuando ese tipo de baloncestista siente que ha llegado su momento; pide la bola tras un peligroso bloqueo y, tras una finta vertiginosa, lanza de tres para ganar el encuentro. Una suerte solo al alcance de aquellos nacidos para tocar el cielo de la gloria. Elegidos a los que jamás le tiemblan las rodillas en una cancha de baloncesto.

 Si una veinteañera es como un buen electricista, por aquello de que nunca deja pasar un buen empalme, uno no puede dejar de admirar a estos héroes de la larga distancia que en las cortas suelen vestir en vaqueros y zapatillas.


Sergio Calle Llorens 

jueves, 27 de abril de 2017

CÁRDENAS

Hay miradas repletas de añoranza como hojas caídas en la otoñada. En cambio, hay ojeadas circundantes cubiertas de odio incapaces de apreciar la belleza de los atardeceres cárdenos de mi patria salada o los oscuros encinares de los bosques. Este grupo desprecia todo lo que no percibe o no entiende. En España esta pandilla es mayoritaria y no hay día que no demuestre sus escasas entendederas.

 Lean; Javier Cárdenas entrevista a un ex atracador de bancos en horario de máxima audiencia y el tipo confiesa haber matado a alguien por traición pero, ojo al dato, el crimen ha prescrito, y la turba inquisitorial tuitera se lanzó a degüello sobre el periodista. Escribían que “cómo era posible que con dinero público se entrevistara a un delincuente y, encima, habiendo sido atracador de bancos". Pero vamos a ver muñequitos de alelí, entrevistar con dinero público a delincuentes lo lleva haciendo la tele andaluza desde sus orígenes y, que yo sepa, nadie ha protestado por ello. Véanse los últimos 6000 millones defraudados por la secta del capullo. Por no hablar de las entrevistas a el PP en Canal Nou- con apagón informativo incluido en el caso del accidente del metro de Valencia- o los interviús a los del partido de Jordi Pujol, Rey del 3 por ciento. Así que no veo la novedad en que Cárdenas entrevistase a otro ladrón- enhorabuena Sherlocks de twitter- que, dicho sea de paso, nos viene a recordar que los delitos de sangre en este Reino caducan para la ley, como ya les he advertido desde estas mismas páginas.

Por otra parte, no veo nada más edificante que conocer las andanzas de un señor atracador de bancos. Lo que habría dado yo por poder haber entrevistado a John Dillenger. Lo que habría pagado un servidor por unirme a una banda internacional para desvalijar entidades bancarias por aquello de quien roba a un ladrón tiene mil años de perdón. El problema es que la turba está siempre a salto de mata para demostrar cuan honrados son y pasan la jornada, por cierto que forma tan triste de pasar por la vida, señalando a todos aquellos que no  seguimos la opinión púbica para que primero; nos coloquen el sambenito y segundo; para que nos ejecuten en la plaza del pueblo. Ayer, como hoy, esa actividad la marca el  Tribunal de la Santa Inquisición.

¡No digan cadenas, digan Cárdenas!


Sergio Calle Llorens

miércoles, 26 de abril de 2017

13 REASONS WHY

Tal vez la vida no sea más que tener la valentía de sacar a bailar a la persona que nos gusta en la fiesta de fin de curso para, a renglón seguido, aceptar  su negativa a la danza de apareamiento. Entender que las páginas biográficas, que antaño imaginábamos de un blanco inmaculado, son borrones que solo borrará el alzheimer.

 Si abrazamos nuestros fracasos como parte esencial de la vida, y sin quejarnos demasiado, el viaje será, al margen de más duradero, mucho más placentero. Valga, en cualquier caso, este pequeña reflexión como anticipo de la crítica que están a punto de leer sobre la serie 13 reasons why; una serie basada en la novela de Jay Asher. Una gran obra coral que me ha dejado tan impactado como un vaho de azules esponjados danzando bajo las estrellas en el rompeolas.

La historia nos presenta a Hannah Baker- Katherine Langford está estupenda en este papel- , una joven de 17 primaveras que se suicida dejando trece cintas  de casete, y grabadas con su voz, para que todos aquellos amigos y conocidos de la adolescente sepan su papel en el drama que la lleva finalmente a la muerte. Cada uno de “los responsables” debe pasarlas a los otros una vez ha escuchado las grabaciones. Con este hilo argumental, la serie de Netflix nos hace reflexionar sobre el tema del suicidio al que llegan algunos jóvenes tras cientos de episodios de acoso escolar, y la manera en la que los responsables educativos, por llamarlos de alguna manera, miran para otro lado. Algo que, al menos en esta serie, no puede dejar pasar, Clay Jensen, el enamorado de Baker cuyo remordimiento por no haberla salvado va in crescendo en los diferentes episodios, así como su paso de joven a adulto.

 La serie, además, obliga al espectador a hacer un ejercicio de retorno al pasado, pero no solo al de la joven suicida, sino a nuestro mismísimo pretérito. Flashbacks que nos permiten conocer como la estudiante capea el temporal de sus dramas juveniles. Y los comparamos con nuestras desdichas llegando a la conclusión, al menos en mi caso, de que no había ninguna razón de peso para desconectar el cerebro para siempre. Que la vida es demasiado bella como para desperdiciarla de esa manera. Obviamente mi punto de vista está basado en lo que sé hoy y no en lo que el personaje de Hannah Baker desconoce.

13 razones por qué  es una serie bien dirigida que apunta directamente al corazón del espectador; a nuestras decepciones y miedos. Una gran serie en el que destaca el misterio, el ritmo y la brutal interpretación de una panoplia de actores y actrices jóvenes a los que deseo, como no podía ser de otra manera, que lleguen a triunfar en el difícil mundo del espectáculo.

La serie, y esta es una opinión muy sui generis, debería de ser de obligado visionado en los institutos del orbe occidental. Especialmente en España; un país donde las cifras de suicidios son escandalosamente bajas porque las autoridades establecen que para que sea considerado como tal el ejecutor debe dejar una nota explicando sus razones. Y ni siquiera catalogan como muerte voluntaria a que un tipo  confiese a su mejor amigo que va a acabar con su vida escuchando un disco de sevillanas una y otra vez. De nuevo nuestras autoridades nos dan gato por liebre. Por eso, 13 razones por qué se me antoja una oportunidad única de comenzar a dialogar sobre el suicidio  con nuestros adolescentes que, aunque no lo parezcan, buscan la luz de un faro que los guíe como un barco en la tempestad.

¡Dios quiera que la muerte de Hannah Baker no sea en vano!

Sergio Calle Llorens





sábado, 22 de abril de 2017

LO DE SANJURJO

Los de Málaga sabemos que Melilla es una continuación de nuestra tierra o, tal vez, la ciudad del Paraíso sea parte indisoluble de Melilla. Por eso, a estas orillas del mediterráneo conocemos bien las cosas de la ciudad hermana que, desgraciadamente, siempre sale en los medios por asuntos negativos. Hoy la ciudad española ha saltado a los medios por el entierro de Sanjurjo en el Panteón de regulares número 2 tras ser inhumado su cuerpo de su tumba de Pamplona. Como no podía ser de otra manea, las hordas de histéricas han puesto el grito en el cielo; que si en Alemania no entendería que se le hiciera un homenaje a un miembro del partido nazi. Que es un insulto a las víctimas del franquismo. A todo ello, por supuesto, quiero dar respuesta en esta columna.

Comparto la indignación del personal por el asunto de la ceremonia a la que han asistido autoridades civiles y militares  pero no por las razones que algunos estarán imaginando, sino porque “El salvador de Melilla” que desembarcó en la ciudad tras el desastre de Annual, hubiera merecido no ser perturbado en su penúltimo lugar de reposo y, muy probablemente y ya puestos en faena, un homenaje más sentido de los melillenses a los que socorrió de la amenaza de los rifeños. Y eso lo escribo aún sabiendo que algunos de mis familiares fueron represaliados por el franquismo, no pudiendo volver a ejercer la profesión de maestros. Mi abuelo, incluso, tuvo que aguantar que su nombre en valenciano fuese transformado en un esperpento.

Sanjurjo fue un golpista sí pero también lo fue Companys, responsable de muchas muertes durante aquellos terribles años, y hoy el estadio de Montjuic lleva su nombre. Tampoco eran un desecho de virtudes aquellos que protagonizaron el fraude electoral a la CEDA que el mismo Azaña reconoce en sus memorias.

 En mi opinión, para un segmento de la población España empieza y termina en el franquismo y, todo lo anterior o no existe o ha de ser ignorado. Con esta lógica aplastante, todo elemento de la biografía de aquellos que vivieron la guerra incivil española se les antoja insignificante. Solo se acepta aquello de; “estaba con nosotros o contra nosotros”. Por ello, que Sanjurjo salvara con sus soldados a Melilla y que ganara dos Cruces Laureadas de San Fernando es moco de pavo, y lo importante es el hecho de que encabezara el Alzamiento contra la República. No hay más.

Esto de echarse muertos a la cara es muy español y lo de matarnos como en el cuadro de Goya más todavía, pero que esta gente consiga, primero que el cuerpo del General sea sacado de su tumba y, a renglón seguido indignarse porque se le ha enterrado en un lugar al que tiene derecho es de traca. Tal vez hubieran preferido que tirasen sus restos mortales al mar desde el helicóptero que lo trasportaba a la ciudad autónoma de Melilla mientras García Ferreras lo retransmite en la Sexta. Y es que hay gente que sigue empeñada, además de en hacer el ridículo, en seguir perdiendo todas las guerras aunque sea ante militares muertos y ejércitos imaginarios.

¡Españoles; Franco ha muerto!


Sergio Calle Llorens

viernes, 21 de abril de 2017

SUSANA GRISO


Susana Griso es, y lo digo en serio, una gran periodista por lo siguiente; para los del timo del proceso catalán es una españolista, para los centralistas una catalanista insufrible y, para los de nunca pudieron una señora de derechas de la que, por cierto, huyen las mamás más conservadoras. Lo diré de otro modo; nadie sabe cuál es la adscripción política de la de Barcelona aunque,  evidentemente, simpatiza con la socialdemocracia. Ella simplemente expone los hechos y solo toma partido por las causas que le parecen más justas. Y ahí, obviamente radica su primer problema. Su segundo contratiempo fue rodearse de unos colaboradores tan grises como el cielo de Madrid en invierno.  Unos empleados que, como suele suceder en estos casos, han ascendido hasta el máximo nivel de incompetencia.

Griso, como buena sabuesa de sucesos, olió la noticia cuando le presentaron el caso de Nadia cuyos padres, siempre supuestamente, la han usado para vivir a costa del sudor del de enfrente. También olfateó una gran audiencia si tocaba la noticia pero, indefectiblemente, no hacía falta tocarnos a todos la moral con ese vídeo en el que Susana, y todos sus patéticos colaboradores, aparecían haciendo carantoñas a la pequeña. El objetivo era simple; presentarse a la audiencia como unas excelentes personas porque sabe, y nadie debería ser ajeno a esto, que en la sociedad actual lo importante no es ser sino parecer. Por eso cuando se supo la verdad del caso, se desencadenó un pandemonio que, por otra parte, ha provocado que los ánimos de la presentadora y de todo su paisanaje estén muy soliviantados.

Personalmente entiendo el mosqueo cósmico con los padres de Nadia pero, la presentadora estrella de Antena3 tiene suerte de no trabajar para un canal norteamericano porque, si no lo saben yo se lo dejo escrito, ya estaría de patitas en la calle por haber dado una noticia falsa y sin contrastar.  Algo imperdonable en el mundo del periodismo.

Me sabe mal escribir esto de una mujer tan buena persona que es capaz de abandonar en directo su programa de la tele para ir a cuidar a su madre enferma pero, en lo que al caso que nos ocupa, debería pedir perdón por su metedura de pata. Y es que en su caso, llueve sobre mojado.

El periodismo espectáculo se mide en audiencias. Una nadería porque tenerla más larga que un niño de tres años no significa absolutamente nada.


Sergio Calle Llorens

miércoles, 19 de abril de 2017

LO DE CARME

Si anhela líneas laudatorias dedicadas a su persona solo debe hacer una cosa; muérase.  Si desea, por el contrario, la soledad más absoluta  apenas tiene que mostrarse contrario a la opinión mayoritaria. Mire el caso de Carme Chacón. Sí una gran persona, me consta, capaz de estar pendiente de la alimentación y bienestar de sus guardaespaldas pero una pésima ministra que siempre buscó la foto y la declaración que la hiciera parecer la más moderna del consejo de gobierno. La titular de la cartera de defensa del Reino de España, que fue incapaz de pronunciar la palabra guerra, apenas nos ha legado frases sobre igualdad y derechos que podrían haber salido fácilmente de la boca de una vendedora del mercado de la Boquería. Para más Inri, cualquier misión donde estuvieran nuestros soldados era un ejemplo, según la catalana, de concordia, armonía y alianza de civilizaciones. La paz a la manera que pronuncian la z los nacidos más allá de Despeñaperros.

Si una buena muerte no debe enmascarar una mala vida, una pésima ministra no puede esconderse tras su óbito ni debe llamar a engaños. El fallecimiento no cambia nada. Y si lo único que tienen los periodistas de hoy para ensalzarla es un desfile de la entonces titular de Defensa estando embarazada, apaga y vámonos. Pero lejos de su actividad política, Chacón, que sabía de la condición de su maltrecho corazón, fue tan irresponsable llevando un ritmo de vida tan ajetreado que le ha costado dejar a un hijo huérfano. Una imprudencia que me recuerda a Robert De Niro jugando a la ruleta rusa en la película El Cazador.

El filósofo argentino Mario Bunge decía que Heidegger fue un pillo que se aprovechó de la tradición académica alemana, según la cual lo incomprensible es profundo, y es que el germano decía cosas como;“ el tiempo es la maduración de la temporalidad” y que no deja de ser una perogrullada que como la gente no entiende, piensa que debe referirse a algo profundo. En  España, en cambio, nos han creado un mundo filosófico en miniatura para que pigmeos como la socialista se sintieran gigantes. Mientras más simple mejor se vende la idea a “la gente”.

Yo, como todo hijo bien nacido, lamento que Doña Carme se nos fuera tan pronto,  y he tratado de ajustar la crítica intentando encontrar algo positivo en sus años como representante pública. Y miren, no he hallado nada que me haga cambiar de opinión. Especialmente cuando en los meses previos a su muerte apoyase a la Killer de Triana como la primera mujer presidenta de España. Como si los sureños no supiésemos lo que significa vivir bajo el yugo de Susana Díaz y su secta del capullo. Y es que  nadie mejor que nosotros, que estamos muertos para el resto, para saber, además de la mala vida que nos han dado, lo bien que hablan de los difuntos cuando no estamos.


Sergio Calle Llorens

jueves, 6 de abril de 2017

¡CAMPEONES DE EUROPA!

Épico, glorioso, brutal, heroico, tremendo, portentoso y maravilloso son algunos de los calificativos que se me ocurren para valorar la actuación de los jugadores del Unicaja Málaga en la final de Valencia. Un prodigio en forma de baloncesto que fue capaz de regalarnos el segundo cetro continental que lleva el nombre de la Eurocup. Una victoria contra todo pronóstico. Un triunfo que cierran el pico, y de una vez por todas, a todos los agoreros que nos circundan a diario. Una remontada de campeonato, con descalificación de Omic incluida, que llevó a la región malagueña a sentarse en el Olimpo en compañía de sus Dioses.

El Baloncesto Málaga, además de proclamarse campeón de Europa, regresa a la Euroliga por la puerta grande. . El éxito, y éste no podría ser menos, tiene muchos padres; la dirección de un Joan Plaza que fue capaz de poner a un equipo de bajitos que se comieron, y literalmente, al jugador franquicia de Valencia; Dublevic. El arrojo de Alberto Díaz que anotó, defendió y peleó como lo que es; malagueño. El aplomo de Smith. La clase  y el descaro de Nedovic. La pasión campanuda de Omic.  La experiencia de Carlos Suárez que peleó lo indecible y, en el lado contrario, que todo hay que decirlo, la inoperancia del entrenador rival que no supo convencer a los suyos de que dejaran de lanzar tantos tiros de larga distancia teniendo, como tenían, ventaja en la pintura. Y la fe. Esa capacidad humana que nos hace pensar que Dios siempre bendice a los valientes. Por eso, hablar de baloncesto épico, y del bueno, es  hablar de este rincón del mediterráneo.

 Nuestro club demostró ayer, una vez más, que es el referente en el que se ve reflejada la ciudad cosmopolita, abierta, mediterránea, mercantil que nada tiene que ver con la tierra indolente que tan bien representa la Junta de Andalucía cuyas autoridades, por cierto, no acompañaron a los nuestros camino de la gloria. De haber sabido que saldrían victoriosos, allí habrían acudido. Afortunadamente ya cada vez hay menos malagueños que se dejen engañar por esta taifa ficticia que tanto nos resta.

Fiel a mi tradición de ponerle banda sonora a las victorias, hoy he optado por terminar esta columna recordando el cuarto y último sencillo del A kind of Magic de Queen. Un tema con exuberantes arreglos orquestales conocido como Who wants to live forever que es un eco sentido de las luchas eternas que aparecen en la película los Inmortales. La respuesta, a quién quiere vivir siempre, es evidente: MÁLAGA.


Sergio Calle Llorens

lunes, 3 de abril de 2017

LA PODA

Los hijos son como las viñas; hay que saber cultivarlos y son un buen ejemplo de civilización. A las viñas, a las que quiero como a mis vástagos, se podan de tres maneras; para el presente, no es suficiente; para el pasado, que es tan inútil como un sindicalista andaluz; y para el futuro que suele ser lo más audaz. Se trata de hacer la poda hacia el lado más provechoso. Nunca hacia el lado en que la planta está más debilitada. Hay que cortar los tallos que nos dieron tanto para centrarnos en los nuevos miembros. Podar, como pueden imaginarse, es un asunto complejo. Además nunca hay dos tallos iguales como tampoco hay dos hijos idénticos.  Saber podar es como educar infantes. Siempre hay que ir pensando en el devenir y nunca permitir que los mocosos se salgan siempre con la suya. Esto último sería muy pernicioso para el desarrollo psicológico de nuestros herederos.

Saber podar y educar, por tanto, son actividades que nunca hay que tomarse a la ligera por más que el personal ande ligero de cascos. Los celtas, pueblo que era mucho más civilizado de lo que nos quiso hacer creer Julio César, tenían un sofisticado sistema educativo antes del comienzo de la era cristiana cuyo profesor principal era llamado Druimcli- viga maestra de una casa. Yo, que solo he bebido de las fuentes druídicas del conocimiento, soy el faro al que mi hijo acude para decidir qué carrera debe escoger a unos meses vistas de la selectividad. Mis consejos, que pueden sonar a advertencia, son que la mejor carrera que puede hacer es la de salir corriendo y no parar hasta llegar a Dinamarca donde nació. Pero, de quedarse, como no veo muchas salidas en las distintas modalidades educativas de la Universidad, le aconsejo una Facultad donde las mujeres, especialmente si son muy salidas, sean mayoría. Haga lo que haga, tanto su madre y yo estamos convencidos de que la poda ha sido la correcta y nuestro muchacho, que es de muy buena cepa, tendrá mucho éxito. El sabio resultado de haber llevado la savia hacia el lado más conveniente.


Sergio Calle Llorens