lunes, 6 de noviembre de 2017

STRANGER THINGS 2

Para todos aquellos que ya peinamos canas, Stranger Things es una vuelta a la década de los ochenta. Un paseo por los misterios de la adolescencia. Un guiño a aquellas máquinas de dos ruedas que, colocadas en la valla de casa a la luz de la luna, inmortalizaban unas vivencias llenas de libertad porque, entre otras cosas, te trasportaban lejos de todo y de todos.  Sin cortes, sin cortarnos y sin  coitus interruptus. No había teléfonos móviles, ni nadie que pudiera controlarnos. Solo el camino plagado de ilusiones y de aventuras. Como en esa escena en la que Dustin está en las vías del tren acompañado de Stephen Harrignton  y en la que, por cierto, uno siente que el tren de la vida puede descarriar en cualquier momento, sobre todo si no te atreves a ponerlo en marcha.

La segunda temporada de la serie, mucho más oscura que la primera, nos ha vuelto a recordar a todos quienes éramos y de dónde venimos culturalmente hablando; triángulos amorosos al estilo de John Hugues- véase Pretty in Pink- guiños constantes a Stephen King, incluso con la introducción de una chica pelirroja que conecta con la niña de It de la que todos estaban secretamente enamorados en la novela, sin olvidarnos de Seven- Millie Bobby Brown - una inglesa de Marbella- Málaga que tiene doble nacionalidad británica y española- cuyos poderes telequinésicos remontan a Carrie del maestro del terror.  También the Upside world contiene unos monstruos que recuerdan a los de Tiburón pero en tierra. Criaturas diabólicas hermanadas con los Gremlins. Por cierto, David Harbour en su papel de Hopper y Winona Ryder como madre del atormentado Will, destacan de una forma sublime. Sin olvidarnos, claro está, de Gaten Matarazzo como Dustin. Solo me ha chirriado el episodio siete de la segunda temporada donde se presenta a la hermana de Seven. Y es que parecía más una continuación de la película The Warriors que una contribución necesaria en el desarrollo de los acontecimientos posteriores.  Tampoco ha quedado muy logrado el personaje de Billy Hargrove, el psicótico hermano de Max- cuya aportación a la nueva temporada es la introducción de un villano capaz de moverse en un mundo que percibe hostil y peligroso. Dicho lo cual, es de agradecer que quedase reflejado el origen de su alma perversa y corrompida.

En verdad, The Duffer Brothers vuelven a regalarnos una obra coral de ciencia ficción con tintes de terror de la que estará orgulloso hasta el mismísimo John Carpenter. Y todo con una banda sonora potentísima en la que destaco dos canciones que sirven de despedida a la saga; la primera es “Twist of fate” de Olivia Newton John que parece decirnos, con la ayuda inestimable de las imágenes del baile final,   que everything will turn out all right para todos los personajes. La segunda es el “Every breath you take” del grupo inglés The Police, con la frase que queda suspendida al final del episodio; “I`ll be watching you” bajo un cielo cárdeno y amenazante.  Y es que esas fuerzas malignas que parecen querer engullir el pueblo de Hawkins seguirán observando el mejor momento de lanzar un nuevo ataque. Hasta entonces,  a los fieles seguidores de la serie solo nos queda volver a ver los capítulos de un tiempo en el que la felicidad consistía en pedalear con fuerza hacia la libertad en compañía de aquellos a los que llamábamos amigos.


Sergio Calle Llorens

No hay comentarios:

Publicar un comentario